Ansel Oliver/ANN
David Asscherick, el exroquero punk the cabellos violetas, está a cargo
cada noche de los mensajes espirituales a los más de tres mil jóvenes
adventistas que asisten a la conferencia mundial de jóvenes adventistas
en Sudáfrica y a los que la siguen por transmisión por Internet en vivo.
“¿Es una buena noticia el hecho de que haya un Dios?”, preguntó a la audiencia en la apertura de su sermón esta noche, la segunda de la conferencia.
“Depende”, dijo, y pasó a describir una visión de Dios que algunos cristianos habían procurado enseñarle antes de que él mismo se hiciera cristiano.
Algunos cristianos le habían dicho que Dios envía a las personas al infierno si no aceptan a Jesucristo como Salvador. Asscherick los desafiaba, diciéndole que pensaran en lo que acaso jamás habían escuchado el evangelio y tenido la opción de escoger. Más tarde llegó a la conclusión de que “Si hay un Dios que permite que las personas […] sufran tormentos conscientes y sin fin por algo que ellos ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer […], prefiero ser ateo”.
Sus devocionales vespertinos se han enfocado en lo que afirma son verdades “no negociables”. La principal de ellas, dice, es que “Dios es amor”.
“Si Dios es […] como se describe en 1 Corintios 13”, el capítulo del amor, “entonces creo que estas son las mejores noticias de todo el universo”, dijo.
Asscherick es el cofundador de ARISE, un ministerio de apoyo de la Iglesia Adventista. También llegó a ser codirector de Portadores de Luz, cuando los dos ministerios se fusionaron en 2011.
Los asistentes de la conferencia mundial de jóvenes también disfrutan de actuaciones musicales diarias de varios grupos, entre ellos, del conjunto sudafricano a capella “Reality 7”.
“Es un honor para nosotros actuar aquí, mostrar a nuestras visitas internacionales la manera africana de adorar a Dios”, dijo Themba Nkosi, mánager del grupo. “Nuestra oración es que Dios nos use”.
Mientras el grupo cantaba el último cántico esta noche, “Siento ganas de viajar al hogar”, dos jóvenes de 24 años provenientes de Botsuana danzaban y movían sus brazos con la música de fondo.
“Nos gusta tanto este grupo”, dijo Tshwaragano Aupiti, que es enfermero. “Nos encanta danzar, nos resulta una bendición”, dijo con una gran sonrisa. “Cuando cantan puedo sentir el Espíritu Santo”.
“Están cantando con el estilo africano”, dijo Thubelihle Ncube, que trabaja en un parque de safaris.
Al final de la canción, muchos de la audiencia aplaudieron, exclamaron “Amén”, y Enzo Bocchino, un joven de 16 años de Australia expresó su apreció con el sonido breve de una vuvuzela.
Fuente: Adventist News
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